Buscan hacer prendas funcionales, se espantan con la trilogía Moda-mujeres-prêt à porter y reivindican el diseño de autor como propuesta para que la carrera no sea un mero reflejo de lo que el mercado necesita. Dispuestos a darle un giro importante a la carrera y derribar antiguos mitos de la profesión, Susana Saulquin y Normando Martin, coordinadores de DIyT, conversaron con OTRO LADO y coincidieron: ”estamos en un momento de maduración”. Además, el debate sobre la enseñanza de la forma y opiniones de los estudiantes.
Dos puntos centrales de trabajo
Saulquin > Hay dos puntos que pensamos centrales: uno es la importancia que le estamos dando en nuestra gestión al desarrollo del Diseño Textil. El otro, es tratar que la filosofía de la carrera se oriente hacia lo que creemos es el valor agregado de la Argentina: el diseño de autor. No es que lo industrial no es importante, es importantísimo, pero debe ser complementado con el diseño de autor. Tenemos que impulsar la creatividad, la originalidad, para que las cátedras, los alumnos, la carrera en sí, no sea un mero reflejo de lo que el mercado necesita. Por eso le damos mucha importancia a un diseño sostenido por la individualidad, con base industrial. Ahora mismo, muchos diseños de autor están convirtiéndose en marcas importantes, que venden y exportan.
Martin > Durante los ‘90 se incentivó un perfil industrialista, como si la carrera fuera solamente proveedor de personal para las industrias. Era un aspecto contradictorio, porque tampoco había industrias. Eso hizo que se desarrollaran los chicos como diseñadores de autor porque, como no tenían posibilidad de trabajar en ningún lado, desarrollaron sus pequeñas colecciones. Esta facultad siempre ha sido una facultad de perfiles muy amplios. Hay muchos egresados que trabajan en la industria, y muy bien; hay otros que son más exclusivos, gente que trabaja como encargada de producto, gente que se dedicó a la producción de eventos, desfiles. El espectro es amplio.
La moda después de la moda
¿Qué diferencia hay entre diseño de indumentaria y diseño de moda?
S > Son dos caminos. La moda responde a tendencias masivas, que salen de los centros productores. Y ellos mandan lo que se usa. La moda es industrial, es más fácil hacer una larga serie para chicas anoréxicas que hacer prendas para una gorda o una discapacitada. Pero el mandato autoritario de la moda está desapareciendo. Hay tantas tendencias para abarcar a tantos mercados que si no hay tendencia no hay moda. La moda después de la moda son muchas modas. El otro camino es el diseño de autor, donde el diseñador toma una porción mínima de las tendencias y lo demás sale como reflejo de su creación. Un diseño que pueda tener la versatilidad necesaria para hacer ropa funcional para distintas personas.
La idea de la moda, con la que entran en primer año, la desestimamos rápidamente. ¿Para qué estudiar en la fadu cinco años para hacer lo que te mandan los industriales o las tendencias? La uba es para generar diseñadores con mayúscula, aceptar los distintos retos. Para lo otro están las “escuelitas” de diseñadores de moda.
M > Hasta el ‘91 no se diseñaba para hombres en esta facultad. Mi cátedra fue la primera que lo hizo. Antes se diseñaba sólo para mujeres, “para mujeres de prêt à porter”, como decían.
¿Todavía predomina eso en la carrera?
No (a coro e indignados). Cuando asumimos remarcamos la enorme importancia de la creatividad, pero no la originalidad desbordada, de hacer disparates. Eso era al comienzo de la carrera. Actualmente es generar prendas funcionales para distintos usuarios con distintas problemáticas.
M > Indumentaria para uso profesional. La usa desde un barrendero hasta un neurocirujano para operar.
S > Por ejemplo, en Mar del Plata una chica hizo ropa para las huertas que manejan agroquímicos y están totalmente desprotegidos. La Universidad tiene que promover este perfil. Este es otro concepto, no el que está instalado en el imaginario.
Diseño con identidad
¿Ese imaginario es producto de un perfil que se le dio a la carrera?
S > La carrera es un reflejo de la sociedad, y en los ‘90…
M > Hizo falta que esta carrera se instalara, madurara y lograra lo que logró para que la gente entendiera.
¿Y qué otros perfiles empujan?
S > La industria.
M > Igualmente la industria también tiende a esto. En general hoy existe un mercado que exige productos más diferenciados, de mayor valor agregado y con un componente, si bien cultural, personalizado. Con estándares internacionales. Zara, un paradigma de esta época, no hace producciones masivas. Vas y hay siete productos, los vendió y hay otro diferente. Hace 16 colecciones al año, poca cantidad de productos y todos diferenciados.
S > No es industria vs creatividad, se complementan. Tex, la marca de Carrefour de telas y de ropa, contrató dos diseñadoras de la UBA que le dieron vuelta la producción, tanto que aumentaron las ventas y ahora exportan al Carrefour de Francia. Las marcas saben muy bien, aunque sean supermercados, que tienen que dar valor agregado, porque con lo masivo sólo, no va. No es imposible realizar diseño en producciones a gran escala. Tenemos que generar diseño con identidad, no chicos que respondan al mercado o a los industriales. Antes o se era muy creativo, con lo cual era disparatado lo que hacían, o industrial. No había término medio. Nosotros queremos que sea vendible, funcional, que sirva, pero que tenga creatividad. Desde las carreras hay que darle este plus. Estamos en un momento de maduración.
Fuentehttp://www.fadu.uba.ar/sitios/otrolado/tapa_n5.html
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