martes, 27 de abril de 2010

TP4-ESTÉTICA-HERKE

Tp 4

1-Religión, arte y ciencia como sistema defensivo.

La cultura tiene tres pilares: el mito (luego la religión), el arte y la ciencia. Constituyen sistemas en los que el hombre puede abastecerse para construir saberes.

La religión es el primer sistema construido por el hombre que le sirve como fuente y como defensa. Le pertenecen pautas socialmente convenidas acerca del bien y del mal. A la religión corresponden los primeros esbozos de la pregunta sobre la vida y la muerte, el porqué y para qué de la existencia. Acuñó palabras para nombrar lo que no sabía, lo que lo angustiaba, lo que sólo era sospechado, sobre lo que se preguntaba. Ofreció forma a lo que anhelaba y a lo que temía. Comenzó a proyectar su fantasía fuera de los terrenos de lo conocido, de lo nombrable. Erigió un mundo entero y a la vez espectacularmente simétrico al nuestro. Ordena el mundo, instituye un código moral y logra eludir la propia soledad desesperante.

El segundo sistema para abastecerse, para defenderse es el arte. Ofrece al mundo la posibilidad de contenerse en su mundo, con el acto simbólico creativo “hablar” sobre aquello que no puede soportar de otra manera: para alejarse de las fronteras amenazantes, para no precipitarse en el caos. El hombre a través  del arte construye zonas de imposibles posibles, vive lo que de otra forma no podría vivir, experimenta sensaciones sin entregarse a lo irreversible.

La ciencia se adelanta hacia al caos y lo combate para hacer mejor y más amplio el orden. Sus preguntas traducen a la realidad humana las preguntas de la filosofía. Los vuelven útiles a la vida humana. Emplea los conceptos para resolver nuestras necesidades. Valiéndose de las puertas que la filosofía ha abierto, las cierra. Para la ciencia sólo es válido aquello que se demuestra. Actúa como valla de contención, pero no como alambrado, debe disponer de una fuerza excepcional para articular las grandes cuestiones metafísicas, ontológicas, existenciales de la filosofía extraídas del caos, con las cuestiones de la vida terrenal, en su realidad cotidiana.

2- Arte como velo y posibilidad de develar velando.

El arte “dice” cosas, “devela” cosas que no podría decir , pensar, ni hacer de otra manera. Dice lo que está vedado. Vive lo que de otra forma no puede vivir, y experimenta estas sensaciones, a su vez, sin entregarse a lo irreversible, sin deschavarse. Aunque cuando tapa, cuando vela algo, yo se que por detrás hay otra cosa, por lo tanto también devela. Devela velando.

La obra de arte devela una verdad del mundo. Pero se trata de un develar-velando, ya que el símbolo siempre está allí, en permanente resignificación.

A su vez el arte es un velo que transforma, que nos hace ver las cosas de otra manera. Con el arte se vela, se cubre la verdad. Con el arte se evita conocer la verdad desnuda. La verdad desnuda es la muerta, la verdad velada es la vida.

3- Símbolo como contención del hombre

Con el acto simbólico creativo se habla sobre aquello que no se puede soportar de otra manera. Contiene al hombre. El símbolo es contenedor.

4-Filosofía como el arte de inventar conceptos.

La filosofía es el arte de formar, de inventar, de fabricar conceptos. La filosofía, no participa del sistema de defensa de los hombres. Sus interrogantes descienden de las grandes preguntas de la religión, pero en lugar de establecer y concluir, de tranquilizar, la filosofía interroga, inicia, moviliza. Abre puertas. Construye ideas, conceptos.

5-El mito como frontera

El hombre necesita acceder a un lugar más allá de su comprensión, de su vida cotidiana. Necesita ir más allá del “mundo de la luz” (de la claridad y el orden), pero más allá, en los desconocido, está la oscuridad, el no saber. Entre lo conocido y lo desconocido esta el mito como frontera entre los dos mundos. Con el mito se empieza a proyectar fuera de los territorios de la luz, de lo asequible, de lo nombrable. Erige un mundo eterno y a la vez espectacularmente simétrico al nuestro.

6-Dialéctica entre los dos mundos

El movimiento, la dialéctica entre los dos mundos, entre el saber y la búsqueda que puja hacia el no saber, va a permitir el crecimiento del hombre, la no aniquilación del hombre.

La trágica tensión de los dos mundos podrá ser convertida en dialéctica creativa con el movimiento y sin ello se instala la quietud fanática carente de generación. Será sólo la ambigüedad, de la cual no brotará mito, no brotará arte.

7-Características del mito

El mito es un relato oral que trata de explicar los orígenes. Es el primer relato fundante de una cultura. Es historia y pertenece a una cultura. El mito no es una mentira, es otra forma de decir. El mito es la poesía, lo creativo, lo revolucionario. Explica lo inexplicable, nombra lo innombrable. Incorpora en el mundo del saber un nuevo elemento.

8-Movimiento de la mitopoiesis a la mitomania

La palabra griega pío es el origen de la palabra poiesis que a su vez se deriva en la palabra hacer, crear y también en la palabra poesía. Cuando se genera algo que hasta entonces no había existido porque no había sido nombrado, surge la poesía. Surge el mito. Este mito es lo creativo, lo revolucionario y se llama mitopoiesis. Explica lo inexplicable, nombra lo innombrable. Incorpora en el mundo del saber un nuevo elemento y con ello genera la crisis de la estructura. Ya dijimos que después de un período de perseguirlo, condenarlo, marginarlo, el poder va a tolerarlo y luego lo metaboliza. Allá sucede el punto de inflexion, cuando la mitopoiesis pasa a convertirse en nuevas barreras, nuevos medios de impedir la dialéctica entre los dos mundos, impedir el surgimiento de una nueva mitopoiesis. En este caso deja de ser mitopoiesis y pasa a ser mitomania. Es inevitable. Todos los mitos surgieron como mitopoiesis y todos los mitos llegan a ser mitomaniaticos.

9-Convergencias y divergencias entre arte y mito

Las dos son instancias fundamentales de la conformación de nuevos mundos, de crear nuevos saberes. Incluso son instancias previas a las ciencias. Ellas ya buscan las respuestas donde el arte y el mito empezaron a hacer el camino. El arte y el mito son el principio. Pero mientras que el mito inevitablemente va a describir el arco desde la mitopoiesis hasta la mitomanía, el arte jamás deja de tener esta condición de fundador, de generador.

¿De qué manera la religion, el arte y la ciencia constituyen barreras ontológicas?

La religión, el arte y la ciencia constituyen barreras ontológicas porque otorgan respuestas, seguridad, tranquilidad frente a las preguntas de la filosofía. Contienen nuestra angustia, nuestra incertidumbre, funcionan como sistemas de defensa.

Se llaman barreras porque nos impiden pero con ello posibilitan a la vez. Posibilita e impiden. Impiden y posibilitan. Sin ellas la vida sería una constante precipitación en la nada, una vuelta sin cesar en la organicidad, una pérdida total e irreversible de la condición humana. Sin ellas el ser no se constituiría como ser. Se perdería en la angustia de la incertidumbre.

La religión ordena el mundo, instituye un código moral y logra eludir la propia soledad desesperante.

A través del arte “habla” sobre aquello que no puede soportar de otra manera: para alejarse de las fronteras amenazantes, para no precipitarse en el caos.

Y la ciencia se adelanta hacia al caos y lo combate para hacer mejor y más amplio el orden.

¿Por qué podemos asegurar que en toda obra de arte subyace un núcleo mítico?

En toda obra de arte subyace un núcleo mítico ya que ambas son generadoras, creadoras de nuevos mundos.

 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola, me parece que cuando hablás de mitopoiésis y mitomanía habría que aclarar que el paso de un período histórico a otro, la metabolización de lo nuevo no implica el pasaje a mitomanía necesariamente.

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